Normalmente pensamos que la producción agroalimentaria la realizan empresas privadas, unipersonales, familiares o de varios accionistas, sin embargo existen otro tipo de organizaciones de producción: las cooperativas.
Como consumidores cuando compramos en el supermercado alimentos buscamos precio, calidad, marca, productor, origen, aspectos nutricionales y otros, sin embargo, casi nadie, o nadie me atrevería a decir, identifica si el producto es de una cooperativa o no. ¿Es esto relevante?.
Una cooperativa funciona como una empresa en muchos aspectos, pero hay otros que la diferencian y que a mi entender las hacen muy interesantes tanto para el cliente directo como para el consumidor final.
FIABILIDAD. A largo plazo una cooperativa va a estar siempre ahí. Hay un alto grado de compromiso y apego al negocio por parte de los socios ya que es su modo de vida que se traduce en mayor grado de calidad y servicio mantenido en el tiempo a clientes. Ademas hay muchos socios que contribuyen al aprovisionamiento lo que garantiza el suministro.
RESILIENCIA. No podemos decir que las cooperativas sean eternas pero si se puede afirmar que su vida media es de otro orden de magnitud al de una empresa privada al uso y esto es fundamental a la hora de planificar una estrategia de aprovisionamiento.
ESTRATEGIA. Un cooperativa planifica su estrategia para el largo plazo. No hay pelotazos ni atajos, se trata de producir calidad, y servicio a un buen precio hoy y siempre.
ESTABILIDAD. En una cooperativa no se está al albur de una persona, familia o grupos de interés que según las circunstancias pueden desinvertir o vender. En las cooperativas en caso de situaciones difíciles hay un equipo de socios que la soportan en equipo.
SOSTENIBILIDAD. Los socios de una cooperativa viven junto a donde se produce hoy, y donde se producirá mañana y son los primeros interesados en que la producción se haga de modo sostenible medioambientalmente y económicamente, por su beneficio propio y el de sus familias. Esta sostenibilidad integral se perfila como el proximo gran valor diferenciador en consumidores finales.
COMPROMISO DEL SOCIO. Frente a otros modelos donde el productor entrega género solo si el precio acompaña ese día y cuando no se va a otro lado, en una cooperativa se entrega el 100% del producto del socio a la cooperativa en todas las circunstancias. Esta seguridad de productores que están detrás de todas y cada una de las partidas y que aseguran el suministro regular no se alcanza en modelos de compra y venta diaria.
DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA. El fin ultimo de una cooperativa es que sus socios tengan un modo de ganarse la vida sostenible en el tiempo, el de otros modelos el enriquecimiento de sus accionistas donde la relación con la producción real esta en un segundo plano. Existen modelos en España donde areas geográficas, anteriormente muy empobrecidas como Almeria, han levantado cabeza gracias básicamente al esfuerzo común cooperativo. Comprando productos cooperativos se esta contribuyendo a un comercio más justo.
APEGO AL TERRITORIO. Los socios no van a ir a ningún sitio y van a intentar por todos los medios continuar con su producción incluso en las peores circunstancias. Una cooperativa esta normalmente pegada al territorio de forma indeleble donde existe una relación personal de los socios con el territorio: propiedad, familia, etc.
DECISIONES DEMOCRÁTICAS. Los órganos de decisión de una cooperativa son democráticos y transparentes donde todos los socios participan y cualquiera puede pertenecer a los órganos de dirección. Un socio de una cooperativa puede ver además como se esta gestionando su empresa a todos los niveles: costes, clientes, etc. y sugerir mejoras.
TRABAJO EN EQUIPO. Los socios de una cooperativa trabajan al unísono produciendo bajo unas mismas normas y de modo controlado, es necesario que entre ellos se produzca una coordinación intensa mayor que en otros modelos donde básicamente se comunica el precio.
Es cierto que hay áreas de mejora como la agilidad en la toma de decisiones pero sin duda tener un proveedor que sea cooperativa es un activo con muchos pluses para el cliente directo como la fiabilidad y con otros cada vez más valorados por el clientes final como la sostenibilidad y el reparto de riqueza.