¿Son buenos los fondos de inversión para el sector agroalimentario?

¿Son buenos los fondos de inversión para el sector agroalimentario?

No sé si me meto en un berenjenal con este artículo, pero me gustaría contrastar con vosotros la idea que me ronda. El caso es que veo a fondos de inversión actuando en empresas del sector agroalimentario y me entran serias dudas sobre si es bueno o malo para el sector agroalimentario en su conjunto. Ni todos los fondos son iguales ni todas las acciones de estos lo son.

Un fondo de inversión, en la versión corta, no es otra cosa que un grupo de personas o entidades que se unen para obtener una rentabilidad a una inversión que, por separado, no conseguirían y que alguien gestiona. Hasta aquí nada que objetar, es más hasta tiene tintes de acción cooperativa. Estamos en el mundo que estamos, todos queremos ganar dinero y esta es otra forma más de buscar rentabilidad. Así como en cualquier actividad de inversión de capital, el retorno ha de ser mayor que la inversión de algún modo y es, precisamente, en este retorno, cómo se produce y cuánto, donde quizás este el quid de la cuestión de la aportación real de los fondos al sector agroalimentario.

Desde un punto de vista exclusivamente financiero habría una pregunta básica para determinar que la acción de un fondo de inversión es buena para el sector agroalimentario, independientemente de si sea buena o mala para el propio fondo: ¿El valor que se retira de la cadena es mayor que el valor creado en ella?. Si la respuesta a la pregunta es un NO, de algún modo el fondo está drenando valor de la cadena, sacando un valor que antes la cadena tenía para sí y que con el fondo sale de la cadena, podríamos decir que en este caso el fondo está parasitando a la cadena. Otra pregunta sería ¿de dónde va a salir el valor para los miembros del fondo? Aquí hay varias opciones:

  1. De clientes nuevos que van a pagar mejor los productos.
  2. De una mejora en la eficiencia interna debida a una mejor gestión, bajando costes, por ejemplo.
  3. De proveedores o agricultores pagando menos.
  4. De la introducción de nuevos productos o canales disruptivos.
  5. De la valorización del fondo per se por acometer la acción de tomar el accionariado.

En sectores agroalimentarios maduros, las tres primeras son muy difíciles, pero no imposibles. La cuarta exige un conocimiento y visión excepcional, la quinta, se me escapa.  

Quizás alguien que gestione fondos y que lea este artículo podría pensar que esto se podría decir de cualquier accionista de cualquier empresa. Todos los accionistas sacan valor de empresa en las que están, pero hay factores que diferencian a un accionista con un perfil más estable en el accionariado, como una empresa familiar, una cooperativa o una empresa “clásica” sin presencia de fondos:

  1. Se asegura mucho de que antes de retirar el beneficio se cree valor suficiente para el mantenimiento de la actividad si no, no retira.
  2. La visión es a largo plazo, es como un matrimonio, de momento es para siempre, con vacas gordas, vacas flacas y vacas en la UVI.
  3. Se trabaja sin alternativas, sin red, en algunos casos les va la vida en ello, no se sabe hacer otra cosa, no se van a ninguna parte.

Junto al retorno de la inversión están también otros aspectos de importancia creciente en la actividad empresarial como el cuidado de los stakeholders frente al de solo lo stockholders, el valor compartido que indica Porter[1], la sostenibilidad, el capitalismo socialmente responsable y otros. En definitiva, tener en cuenta, además de los aspectos meramente financieros a corto, el involucrarse en los problemas de la sociedad donde la empresa objeto desarrolla su actividad y en cómo los productos que venden interactúan con el consumidor final en aspectos como salud o utilidad real. Es decir, que con la existencia y acciones del fondo ganan sus accionistas pero también el resto de la sociedad.

Aunque no todos los fondos son iguales, los fondos de inversión pueden estar más sesgados hacia el corto plazo, a la oportunidad, a la existencia de alternativas más rentables, a la rentabilidad financiera sin más y esto puede hacer que en algún caso los inhabilite para abordar la creación de valor del sector agroalimentario desde otros puntos de vista, además de la gestión operativa de control y reducción de costes.

El sector agroalimentario es de una importancia crucial, como lo ha demostrado en los tiempos de Coronavirus, y sigue necesitando inversión, visión, creatividad y profesionalización para poder seguir creando valor al tiempo que comprometiéndose cada vez más con las soluciones a los problemas de las sociedades donde desarrolla su actividad. De los propios fondos debe venir también parte de la solución; el conocer bien un sector como el agroalimentario, el incorporar valores sociales además de los financieros a corto y el orientarse sin complejos en la creación de valor en la cadena podrían ayudar con su presencia al sector agroalimentario.

[1] https://hbr.org/2011/01/the-big-idea-creating-shared-value


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