Érase una vez un cáncer multiorgánico en un ser humano donde las células cancerosas (CCs), alarmadas por el deterioro de la salud del ser que habitaban, decidieron convocar una cumbre global corporal para ver qué podían hacer para solucionar la situación. En dicha cumbre estaban representados todos los tumores, así como las CCs más sabias entre las sabias. La situación era muy difícil, el ser humano ya no proporcionaba azúcar suficiente para todas las CCs, existía un calentamiento corporal global del ser humano, fiebre, que estaba alcanzando límites muy preocupantes y algunos órganos estaban empezando a fallar.
En el mundo de las CCs cuando nacía una de ellas tenía necesidades que cubrir tales como alimentación, seguridad, espacio vital; además, existía un sistema de derechos y libertades que garantizaba el acceso a nuevos recursos y la libre circulación de las CCs por el ser humano que habitaban. Los tumores igualmente competían entre sí por ser el tumor más grande y poderoso, así como por los recursos limitados decrecientes del ser que habitaban, librando a veces agrias disputas entre ellos.
La cumbre de CCs se celebraba en el tumor de colon, el tumor más grande e influyente del cuerpo humano y donde según la tradición apareció la primera CC. Desde el primer momento se llevaron a cabo acalorados debates sobre qué hacer acerca del problema.
Había diversos puntos de vista. Las CCs más religiosas indicaban que el ser que habitaban estaba allí para ellas, que su dios había creado a ese cuerpo humano exclusivamente para ellas, para para su uso y disfrute, para satisfacer sus necesidades y ellas debían seguir el mandato divino de crecer y multiplicarse, que así estaba escrito desde la primera CC que apareció y que ir en contra de esto era blasfemo.
Las CCs estaban todas de acuerdo en que eran superiores al resto de las células del cuerpo humano. Para las CCs el haber doblegado al sistema inmune ratificaba esta posición; incluso entre los propios tumores había algunos que se consideraban superiores a otros por tamaño, color o ubicación. Incluso dentro del mismo tumor había movimientos supremacistas de unos grupos sobre otros; incluso dentro del mismo tumor había áreas que defendían la independencia de esa área del tumor sobre el resto por distintos hechos diferenciales.
Las CCs de los tumores más nuevos y expansivos proclamaban que el ser humano también era de su propiedad y que tenían derecho a crecer como otros tumores lo habían hecho en el pasado y poder vivir del órgano que conquistaban para tener la misma calidad de vida que los primeros tumores.
En las escuelas de las CCs se les enseñaba a ser más competitivos que otras CCs y otros tumores, todo se supeditaba a rankings, records y jerarquías y las que ganaban obtenían los recursos mientras que las perdedoras apenas podían sobrevivir e intentaban migrar a otros tumores.
Otras CCs, las científicas, señalaban que desde la primera CC su naturaleza siempre fue dominar al ser humano, adaptarse a sus cambios y multiplicarse y continuaría siendo así por los siglos de los siglos, ya que estaba en su ADN que el fuerte dominase al débil y que solo sobrevivían los que se adaptaban.
Las CCs historiadoras recordaban como sus ancestros doblegaron al sistema inmune del humano y fueron conquistando órgano tras órgano en extraordinarias navegaciones por el torrente sanguíneo y batallas épicas contra los glóbulos blancos, todo ello para que hoy pudiesen disfrutar de la gran expansión multiorgánica.
Las CCs conservacionistas advertían de la necesidad de reservar trozos de algunos órganos sin conquistar para poder observar la maravilla del cuerpo que habitaban y que las futuras generaciones lo pudiesen hacer también.
El sistema de organización del recurso más preciado, el azúcar, denominado el azucarismo, les empujaba a conquistar nuevos órganos para así obtener nuevos recursos a un menor coste y seguir haciendo crecer a sus organizaciones. Las CCs que eran dueñas de estos sistemas expusieron sus necesidades de mejorar su eficiencia y bajar los costes para que todas las CCs tuviesen acceso a una vida digna, un trozo de ser humano donde expandirse, una alimentación digna y su propia descendencia y que por ello debían acceder a los pocos órganos que aún quedaban por conquistar sin dilación para no deteriorar la calidad de vida conseguida. Todo ello al tiempo que seguían acumulando azúcar.
Hacía un tiempo ya que se habían escrito los derechos de las CCs, que en su articulado decía:
- Artículo 1. Todas las CCs nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotadas como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente las unas con las otras.
- Artículo 2. Todas las CCs tiene todos los derechos y libertades, sin distinción alguna de tipo, color, tamaño, órgano donde esté, religión, opinión, origen del tumor o cualquier otra condición.
- Artículo 3. Toda CC tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad.
En la cumbre algunas CCs indicaron que había que tener un desarrollo tumoral más sostenible, ya que no estaban utilizando el ser humano eficientemente para ellas puesto que se desaprovechaba mucho azúcar y los residuos de las CCs ya inundaban el flujo sanguíneo de modo alarmante. En un futuro no habría azúcar para todas. Se estimaba que la población de CCs iba a duplicarse en poco tiempo. De esta forma se definió el concepto de sostenibilidad para las CCs de los tumores de cuerpo humano.
La sostenibilidad consiste en satisfacer las necesidades de la actual generación de CCs sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones de CCs de satisfacer sus propias necesidades, todo ello manteniendo el crecimiento y la multiplicación de CCs
En el fondo todas las declaraciones y principios que se expusieron en la cumbre se podían resumir en:
- Seguir creciendo y multiplicándose, obedeciendo a su naturaleza, a su religión y a la competitividad por el poder y los recursos, pero eso si, de un modo más sostenible
- Seguir viendo al humano que habitan como su propiedad y con el derecho de uso ilimitado, pero eso sí, de un modo más sostenible
Llegó el ultimo día de la cumbre y se mantuvo una ultima reunión para tomar una decisión final sobre qué hacer…
¿Cuál crees que va a ser el final de esta fábula?
(Me gustaría saber tu opinión. Por favor, rellena la encuesta en LinkedIn)